sábado, 8 de enero de 2011

¿Por qué quiero ser profesor?

Hablo con mi primo de 14 años. Ha sacado unas notas estupendas, siempre lo ha hecho. Sin embargo, compruebo con tristeza que lo único que le interesa es pasar de curso. Si le preguntas por algo que haya aprendido el año pasado, no es capaz de contestar bien. Creo que es un gran exponente del aprendizaje asociativo: realmente no ha entendido, no ha interiorizado los conceptos ni procesos. Por esto quiero ser profesor: porque me importa el futuro de los adolescentes – y por consiguiente el de la sociedad– y quiero que aprendan verdaderamente, que aprendan a aprender -y no a repetir cantinelas, o a llevar temporalmente información en la cabeza que puedan soltar en un papel un día concreto de examen-.

Veo las noticias. España sale muy malparada en el famoso informe PISA. Resulta que estamos a la cola de Europa en muchas de las materias. Por esto quiero ser profesor: para formar académicamente futuros adultos que dominen las competencias específicas que me toque transmitirles.

Recuerdo a mi profesor de filosofía de 3º de B.U.P. Le recuerdo a él particularmente ya que sus métodos no eran nada comunes. Recuerdo sus clases en el patio del Palacio del Infantado; recuerdo su modo de vestir y de hablar. Recuerdo su escenificación de una pelea con una alumna, que durante más de 15 minutos todos creímos a pies juntillas, para explicarnos conceptos sociológicos; recuerdo su modo, en definitiva, de transmitir conocimientos de una manera tan natural. Por esto quiero ser profesor: para continuar la labor de buenos profesionales que me han marcado y que han iniciado una nueva senda para los nuevos métodos en educación.

Hablo con mi vecino, hasta los 10 años era un alumno ejemplar. Hace 2 que no estudia nada, dice que da lo mismo si “total, me van a hacer pasar de curso igual”. Por esto quiero ser profesor: para hacerle ver a personas como mi vecino que tiene que aprender por y para sí mismo, más allá de las notas, sin compararse con el resto ; para despertarle el interés real por el estudio.

Leo el periódico. Veo que hay conflictos entre alumnos, veo que la mayoría de la clase le hacía bullying al niño que mejores calificaciones tenía hasta que éste dejó de acudir al instituto. Por esto quiero ser profesor: para formar íntegramente a los futuros adultos; para hacerles entender que no tiene cabida la envidia en este mundo, que no hay que discriminar a nadie, que no se gana nada agrediendo a compañeros.

Llamo a mi amigo Fran. Ha aprobado las oposiciones de informática hace dos años. Me cuenta que quiere innovar y no le dejan. Que quería cambiar la forma de dar las clases, pero al plantearlo en el departamento y con miembros de la dirección, le han aconsejado que siga métodos más clásicos. Dice que necesita apoyos, gente joven con ideas afines que le ayuden a hacer frente a este “antiguo régimen”.  Por esto quiero ser profesor: para cambiar los métodos clásicos, las clases magistrales, etc., por otros más acorde con la sociedad del siglo XXI.

Me imagino de profesor con unos cuantos años de experiencia. Tengo plaza en un instituto de una localidad cercana a Sevilla. Preparo los contenidos de mis clases del día siguiente. La mañana sucesiva me despierto y acudo al instituto a hacer lo que me gusta. Dentro de poco acabará el curso y perderé el contacto con Luis y sus bromas, Marta y sus sorprendentes respuestas o Mohamed y su increíble habilidad para las matemáticas. Aunque ya me ha pasado en varias ocasiones, no termino de acostumbrarme. Me alegra que de vez en cuando se pasen por aquí antiguos alumnos y me cuenten que están contentos con el trabajo que han encontrado, o que han decidido hacerse profesores como yo. Por esto quiero ser profesor: porque me gusta levantarme cada mañana con ilusión por hacer aquello que me gusta, que me llena; porque me gusta sentirme útil, porque me gusta sentirme querido y valorado.

Coincido con 2 profesoras de E.S.O., Paz y Lidia, en mis vacaciones de fin de año subiendo al Mulhacén. Entre pisada y pisada sobre la nieve y algún que otro resbalón, Paz me indica que hay mucha diferencia entre el grupo euskalduna y el que habla castellano; en éste último se encuentran los niños de etnia gitana y los inmigrantes. Hay conflictos culturales, retrasos curriculares, distintas visiones de cómo resolver estos conflictos entre los profesores de los distintos departamentos. Lo cierto es que todos hacen por pasarle la pelota al compañero. Por esto quiero ser profesor: para formar primeramente personas antes que alumnos. Para que pueda haber convivencia real entre adolescentes de diferentes etnias o clases sociales. Para evitar la formación de guetos, grupos que marginen a otros, etc.

Lidia comenta indignada a sus dos compañeros: “¡Desde luego, cada vez trabajamos más; este año he tenido 2 meses justos de vacaciones en verano, ni un día más! He tenido que ir al instituto el día 1 de septiembre, aunque bueno, con alumnos he empezado el 13 […] Luego de bajar el Mulhacén no sé, me iré una semanita a Almería de vacaciones a cualquier playa tranquila, antes de volver a Granada donde me reincorporo el 10 a las clases.”

Por esto también quiero ser profesor, ¿por qué no decirlo?: para disfrutar de un tiempo libre que no hay en ninguna otra profesión. Tiempo que me permita realizar viajes o aprovechar para leer, apuntarme a clases de yoga, risoterapia, hacer deporte, investigar sobre ciertos aspectos que me hayan parecido interesantes en el desarrollo de las lecciones...

Por todo esto, sí, quiero ser profesor.

1 comentario:

  1. Es un texto fantástico. Me gusta como esta escrito y sobre todo la profundidad del pensamiento. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar

Seguidores